Uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta en la puesta en servicio de cualquier objeto, elemento o estructura de madera, es el de su estabilidad dimensional. De todos es sabido que la madera es un material higroscópico, es decir, que toma o pierde humedad con los cambio de temperatura y humedad relativa del medio ambiente en que se encuentra situada. Esta ganancia o pérdida de humedad está siempre acompañada de cambios dimensionales, hinchazón al ganar humedad y merma al perderla, y, a veces, también deformaciones tal es como alabeos, atejados o abarquillados, curvados, etc. Es pues de la mayor importancia, para minimizar estos defectos, que la madera posea en el momento de su utilización un grado de humedad tal, que este valor se encuentre en equilibrio con las condiciones ambientales medias en que será empleada y, por consiguiente, el paso de humedad de la madera al medio ambiente o viceversa sea casi despreciable. El exacto conocimiento del grado de humedad de la madera y la determinación para las condiciones higrométricas a las que va a estar expuesta de su humedad de equilibrio higroscópico, son dos factores fundamentales para lograr un grado aceptable de estabilidad dimensional y evitar prácticamente el movimiento y las deformaciones de la madera.
Comentarios recientes